Siempre existirán “héroes” conocidos y desconocidos, según el punto de vista: histórico, solidario, deportivo, amor al prójimo, guerras, ficción, etc. Sin enjuiciar el propósito ni la oportunidad de la Guerra de Las Malvinas, contra la segunda flota naval mundial y, en notable desventaja en toda nuestra milicia (infantería, marina, aviación), en preparación, experiencia, armamento/equipamiento, tenemos la honorable obligación moral de recordar, agradecer y felicitar a “nuestros queridísimos y bravísimos” compatriotas (en general jóvenes en plena adolescencia) que “batallaron”, a pesar de la indubitable superioridad del rival. Muchos cayeron y otros sobrevivieron con gravísimas secuelas en sus cuerpos, mentes y corazones, “de por vida”. Hace poco, con motivo de su fallecimiento (28/01/23), se homenajeó a uno de esos grandes héroes (aviador) que realizó, junto a sus subordinados, ataques comandos y vuelos rasantes transmitiendo inimitables muestras de liderazgo, coraje, destreza y, lo más importante, pasión, garra, amor, riesgo y sacrificio (todos indescriptibles), por su “Patria”. El comandante Ernesto Dubourg “Furia” o “Conejo” - personaje “fuera de serie” -según sus jefes y subalternos- que, por su rango, pudo mandar desde tierra, encabezó  (junto con el Brigadier Gustavo Zini) el escuadrón de los “Halcones”, con temple, audacia y ejemplo, los más temibles ataques (vuelos bajos, rasantes y peligrosos evitando radares) a los desconcertados buques ingleses, con aviones y armamentos precarios, desgastados y fuera de uso (al igual que la pobre infantería enviada al fango y al hielo) en condiciones totalmente desventajosas. El comodoro Antonio Zelaya (bajo sus órdenes) recuerda: “Era el líder que cualquiera quisiera tener en la guerra… y nosotros tuvimos ese privilegio”. Dubourg quiso que sus “pilotos caídos en combate” fueran reconocidos como héroes y dijo: “Les enseñé cómo se combate por la patria… pero ellos me dieron una lección mayor: me enseñaron cómo se muere por la patria”. Es el día de hoy, que los ingleses siguen asombrándose de la valentía, las agallas y, sobre todo, el patriotismo de todos los combatientes argentinos (infantería, marina y aviación) en notables condiciones precarias y desventajosas. Creo que el 2 de abril debería ser un día de reconocimiento y homenaje especial a nuestros bravísimos “Héroes de las Malvinas”. Estas páginas de nuestra historia nunca deberán ser olvidadas por ninguna generación pasada, presente ni futura. ¡Valga un gran salve y homenaje a estos verdaderos héroes de las Malvinas Argentinas!

Marcos A. Machado

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